Palacio Bruna

Merced n°230

Ubicado junto al parque Forestal, uno de los pulmones verdes del centro de Santiago, el palacio tiene sus propios pulmones, con grandes árboles a su alrededor, palmeras y araucarias entre ellos, y un bien cuidado césped.

El palacio Bruna fue construido como residencia por el empresario salitrero y entonces senador de la República, don Augusto Bruna, entre los años 1916 y 1921, siendo sus arquitectos Julio Bertrand Vidal y Pedro Prado. Pero la familia Bruna no llegó nunca a habitar la mansión, pues debieron venderla a raíz de la crisis del salitre. Vendido al gobierno de Estados Unidos, el palacio se convirtió en la residencia de los embajadores de Estados Unidos desde 1939 a 1962. Asociado al nombre del embajador Claude Bowers, quien vivió ahí 14 años, por un tiempo se le llamó “casa Bowers”. Desde 1962 hasta 1994 fue la sede del Consulado General de Estados Unidos en Chile. En 1995 pasó a la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo, que inició un proceso de restauración. 

El edificio fue declarado Monumento Histórico en 1995. Tiene un estilo histórico-florentino de albañilería de ladrillo reforzado, con tres niveles en su interior, con columnas de gran altura y ventanales. Posee diversas terrazas, con frisos en las fachadas que realzan el cuerpo del edificio. En el interior, el vestíbulo presenta placas de mármol italiano verdes y negras tanto en muros como en las simétricas escalas que llevan al piso superior. 

Cabe señalar que uno de los espacios que contempló el diseño de la residencia era su jardín de invierno, un gran cuerpo curvo que sobresale hacia el oriente, con vitrales de estilo renacentista, a través de los cuales se observaba el jardín exterior.