Palacio Cousiño

Dieciocho, 438

Un jardín y la plaza Las Heras son las áreas verdes cercanas del elegante palacete de estilo neoclásico europeo construido a fines del siglo XIX por la familia Cousiño-Goyenechea, el cual hoy es Monumento Nacional.

El palacio Cousiño fue inaugurado en 1882 por Isidora Goyenechea Gallo, viuda de Luis Cousiño. Esta familia era una de las más acaudaladas del país, habiendo construido su fortuna a partir de la minería, con las minas de plata en Chañarcillo y de carbón en Lota. También fueron propietarios de áreas verdes como el Parque de Lota y la Viña Cousiño Macul.

Mientras la construcción y decoración del palacio fue encargada al arquitecto francés Paul Lathoud, su jardín fue diseñado por el paisajista español Manuel Arana, quien también participó en el diseño del Parque Cousiño (obra financiada por don Luis Cousiño en terreno estatal). Hoy, en un terreno de once mil metros cuadrados, se puede observar que el área mantiene su esencia original.

En el sector del jardín que da a calle Dieciocho, por el poniente, por donde se entra al recinto, el visitante encuentra cuatro altas palmeras, un cedro, una araucaria, áreas de césped enmarcadas por arbustos y, aferrada a la reja, una frondosa enredadera. En el lado sur, la escalinata curva del palacio es custodiada por dos estatuas de leones de fierro fundido que miran hacia el portón que conecta a la Plaza Las Heras. Hacia el oriente hay una explanada que da protagonismo a un enorme gomero (Ficus elástica). Cerca de él se encuentra el encantador invernadero de vidrio y fierro fundido, que es una joya Art Nouveau y fue concebido para albergar plantas tropicales. En él destacan dos esculturas de mármol de figuras femeninas, una de ellas es una “Eva”, obra del escultor italiano Giuseppe Argenti.

Este contexto verde circundaba el primer piso del edificio, en el que ocurría la vida social de la élite entre salones de música, de té, de juegos y de baile, así como otros salones que contenían armas de Luis Cousiño u obras de arte, reflejando la riqueza de esta familia. Desde el segundo piso, donde se encontraban los dormitorios y otras zonas familiares, se tienen hermosas vistas hacia el jardín.

Dato de interés: Según la Guía de Campo Árboles Patrimoniales del Gran Santiago, se encuentra en la plaza un ejemplar de la conífera conocida como “Kauri” (Agathis australis), que probablemente tiene más de 100 años y alcanza 30 metros de alto. Kauri es un fósil viviente, pariente de las araucarias. Especie sagrada para los maoríes, el kauri representa a Tane, dios y padre de los bosques, que creció como árbol para separar a sus padres Rangui nui (padre del cielo) de su madre Papa-tu-a-nuku (madre del cielo) y traer luz y belleza en un mundo oscuro.